La protagonista Ana es una chica común y corriente, de las
del montón de verdad, sin un cuerpo infartante ni unas mechas carísimas, la
cual en pocos meses pierde su negocio, al supuesto amor de su vida, y se ve
obligada a aceptar un trabajo de secretaria en una empresa de algo que le
interesa poco y nada. Pero más allá de los golpes de la vida, ella nunca pierde
su sentido del humor. Algo realmente admirable.
Acompañada de su mejores amigos y de otros tantos no tan
amigos, inmersa en la organización de una boda y tratando de superar los
obstáculos de la vida, Ana se va abriendo camino de nuevo para descubrir que
los príncipes no tienen que ser siempre azules.
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